Pregón de D. José María Hernández (2019)

Buenas noches Otonenses, queridos amigos de Otones de Benjumea, niñas y niños, jóvenes, personas mayores, mujeres y hombres, nacidos o vinculados a este ensalzado pueblo segoviano, cuando inicia sus fiestas patronales de San Benito Abad.

Antes de comenzar este pregón debo aclarar qué pinto yo aquí, pues ni soy hijo del pueblo, como se suele decir, ni tampoco soy un cotizado profesional de los pregones de fiestas de ciudades y pueblos de España o de nuestra tierra. Puedo aportar como argumento contrario que llevo muy dentro la condición de ruralidad de nuestra tierra común, y de mi propia familia, aunque yo naciera y me criara en la ciudad de Salamanca. Lo rural, su cultura y formas de vida, no son nada lejano y desconocido para mí, por fortuna.

Estoy aquí de invitado, por el presidente de la Asociación el Corralón, mi compañero de profesión y amigo de muchos años, Juan Francisco Cerezo Manrique, quien al parecer me propuso a la junta directiva de la Asociación como pregonero de las fiestas de Otones de este año 2019, y sus miembros lo aceptaron. Craso error, querido Juan Fran, pues no sé si seré capaz de salir adelante con el encargo. Tal vez no era la persona indicada para ello.

Pero algún mérito, relacionado con este pregón en Otones, tal vez pueda aducir en mi descargo.

Hace ya algunos años, y no me preguntéis quien fue el que me enredó en ello, fui pregonero en otro pueblo de Salamanca, Cabrerizos, hoy una localidad, próspera y poblada de gente joven, muy próxima a la capital, donde se encuentra el lugar mítico de elaboración de la poesía del universal agustino, Fray Luis de León, la Flecha, a orillas del río Tormes. Pronuncié el discurso con toda la dignidad y salero que pude y abrí el baile de fiestas con la señora alcaldesa, marcando bien los pasos de un cuidado vals que tocaba la orquesta que había contratado el ayuntamiento. Amigos y conocidos me dijeron al terminar el acto, que había estado hasta bien. Eso es lo que dicen siempre quienes te aprecian, aunque sea una verdad a medias.

Esa es toda mi experiencia como pregonero de fiestas. Como veis, no tengo apenas curriculum como pregonero. Poco mérito para presentar ante un público tan escogido y exigente como el de Otones de esta noche.

El segundo mérito que puedo ofrecer al respetable de Otones, si es que cabe hablar de ello así, es que hoy no es la primera vez que piso las calles, pistas de juegos y museos de este querido pueblo. Hace ya más de veinte años, al menos una vez por temporada, tengo la oportunidad de aprender y compartir en los museos de Otones, principalmente en el Museo Pedagógico, muchos y variados elementos de la historia material de nuestra escuela primaria contemporánea, de la España que nos duele, utilizando ese conocido lenguaje unamuniano tan profundo y sutil, desde los inicios del siglo XX hasta hoy. Suelo venir acompañado de grupos de profesores de procedencias geográficas muy diversas, o de estudiantes de licenciatura, de grado, de máster o de doctorado de la Facultad de Educación de la Universidad de Salamanca. La ruta marcada en esa excursión anual es ya casi canónica: Centro de Educación Ambiental de Valsaín, Comunidad de Aprendizaje de Valsaín, y Otones.

Todos los años, en la última semana de octubre, nuestra visita/clase abierta en Otones está perfectamente organizada: visita explicativa de Juan Fran en el interior del Museo Pedagógico, presentación del proyecto sociocultural de la asociación el Corralón, visita al Museo Etnográfico, y para recuperar fuerzas y esfuerzo, degustación de un excelente cordero asado al horno, acompañado de ensalada y buen vino (todo ello pagado a escote, para que quede claro a quien pregunte). Todo muy bien autogestionado, compartido y reído.

La cosa no queda ahí, porque antes de dejar el pueblo de Otones, de regreso a Segovia y a Salamanca, de la mano de competentes expertos en el manejo de las técnicas concretas, practicamos deporte y juegos populares, como el tango, la chita, la calva, los bolos, la rana, que hacen las delicias de tirios y troyanos en el grupo de treinta o cincuenta estudiantes y profesores que componemos la visita.

De esa forma va a quedar grabada una memoria imborrable de Otones para cientos, hoy ya miles, de educadores y pedagogos de España y de muchas otras partes del mundo, sus museos, pistas de juego, y apacibilidad del lugar. De vez en cuando, profesores de Chile, de Brasil, México o Colombia, además de los de Portugal y España, me recuerdan su paso porOtones como una de las jornadas más felices y formativas de su estancia pedagógica con nosotros en España.

Creo que ahora sí, dicho esto, tal vez pueda estar algo más justificada mi presencia como pregonero en estos momentos.

Por estas razones quiero expresar mi gratitud pública por tener la oportunidad de poder comentar desde este provisional estrado mi emotiva satisfacción al compartir con los presentes un día tan especial como el inicio de las fiestas patronales de 2019. Me siento muy honrado de hablar ahora con vosotros, de abrir la lata de las fiestas con este pregón, y así lo traslado a todos los miembros de la junta directiva de la asociación, quienes finalmente aprobaron mi presencia como pregonero. Y desde luego a todos los otonenses y allegados por prestar vuestra atención a mis palabras durante unos breves minutos.

Aunque solamente fuera por esta proyección nacional e internacional que han alcanzado vuestros museos pedagógico y etnográfico, y vuestro reconocido proyecto sociocultural y comunitario, deberíais estar orgullosos de ser otonenses, y de colaborar de manera activa en el mantenimiento de tradiciones culturales y en la proyección de nuevas iniciativas de cultura y formación comunitarias.

El proyecto asociativo y cultural que preside la actuación de vuestra asociación El Corralón, desde hace algo más de 40 años, y que he tenido la fortuna de conocer en su gestación y andadura posterior, tiene algo de romanticismo y amor por la tierra, y mucho de profundas convicciones sobre el valor de lo rural y de sus comunidades.

Desde luego que hemos de partir de la memoria de nuestros mayores, del rico patrimonio que nos dejaron, para preservarlo, enriquecerlo, valorarlo y proyectarlo hacia la historia presente y su devenir. Esto se está haciendo especialmente bien en Otones, y por ello es sin duda uno de los puntos de referencia del mapa rural de Segovia, de Castilla y León y de España. Os felicitamos ahora aquí, como lo hacemos en otros foros de historia de la educación y su patrimonio histórico educativo. Otones es hoy paso obligado para comprender el pasado etnográfico de nuestras comunidades rurales, así como de lo que hoy entendemos como museismo pedagógico vivo, técnicamente bien concebido y proyectado.

Pero, tal como yo lo veo, el proyecto sociocultural que representa Otones en el mapa rural de España va mucho más lejos de la preservación y disfrute del patrimonio visible en los museos que tenemos al lado o en las antiguas escuelas, siendo estas funciones imprescindibles y altamente respetadas y valoradas en sus efectos beneficiosos para todos.

Este proyecto sociocultural de Otones, que encabeza y promueve la Asociación el Corralón desde hace ya varias décadas, y que se refleja muy bien en el rico, amplio y nutrido programa de fiestas patronales de 2019, busca mejorar la calidad de vida de quienes son hijos del pueblo, el disfrute de todos, y de todas las edades, de los otonenses y sus hijos, que están o que vienen de más lejos a compartir afectos y alegrías, y a veces también el inevitable silencio de las ausencias de quienes ya partieron, y que quisisteis, con amor y hasta pasión.

Lo que al menos yo percibo en vuestro proyecto sociocultural es un deseo transformador profundo de las condiciones de vida del mundo rural español para ofrecer a los habitantes de pueblos insertos en esta España casi vacía, desierta y despoblada , condiciones de vida dignas para lograr ser un poco más felices en la vida cotidiana. No es fácil, desde luego, revertir la dinámica impuesta por el modelo neocapitalista y urbanita para las comunidades rurales, pero se puede intentar, y vuestro proyecto sociocultural es un vivo ejemplo de lo mucho que se puede lograr como alternativa, pensando y actuando de manera organizada y comunitaria.

Por tanto, ¡adelante con vuestras iniciativas, por Otones, Segovia, Castilla y León, España y por la ciudadanía mundial! Al fin no nos queda más remedio que ser cosmopolitas y ciudadanos del mundo, cada cual desde su rincón particular.

Por todo ello, en el contexto de fiestas en que ahora mismo nos encontramos en Otones, me permito recordar a un viejo filósofo, que sabía mucho de pensamiento y política, pero también de fiesta y banquete. Me refiero al griego Platón, una mente privilegiada para comprender la fiesta, la del siglo V antes de Xto., pero también la del siglo XXI, la de estos días en Otones.

El nos dice que en toda FIESTA, para que en realidad logre ser tal fiesta, en sentido pleno, deben confluir varias situaciones y actividades, o condiciones que permitan hablar de fiesta. Todas deben ser cuidadas para que la fiesta mejore.

La primera de ellas es la MÚSICA, es decir, que nunca puede haber fiesta sin canciones o instrumentos, sin efectos sonoros agradables que motivan y despiertan sentimientos personales y colectivos entre los participantes. Por lo tanto, otonenses, a disfrutar de la música siempre, a compartirla estos días, esta noche y siempre que os sea posible, a cantar o disfrutar de la buena música en cualquiera de sus variantes.

La segunda condición de una fiesta, nos dice Platón, es la DANZA. El baile es una de las expresiones más genuinamente humanas, que nos conduce a compartir con otras personas sensaciones, belleza, ritmos, movimiento, al tiempo que sentimos cómo nuestro propio organismo siente bienestar, nos libera, disfruta con placer de los movimientos y ritmos que combinan con la música. Por otra parte, la mirada del otro, el roce y contacto a veces, genera complicidades en nuestros sentidos y en nuestro corazón. Otonenses, ¡a bailar!, que para eso tenéis vuestro cuerpo, y si es posible hasta la extenuación.

La tercera condición de la fiesta, nos recuerda el filósofo, es que en ella se comparte COMIDA. No solo porque “de la panza sale la danza”, como nos recuerda el refranero español, sino porque comer no es solo alimentarnos por obligación sino un elemento distinto, elevado, propio de los hombres, a diferencia de la función instintiva que la ingesta cumple en los animales. Por ello el comer juntos, con alguien, organizar el banquete , tiene una función nueva y asociativa , la de aprender a compartir y disfrutar con los otros de los alimentos que tomamos. En la fiesta, nos dice Platón en su conocida obra, el Banquete, hemos de descubrir la felicidad de compartir con nuestros amigos las buenas frutas, asados, pescados, carnes, frutos secos. ¡Otonenses!, os invito en estos días de fiesta a compartir con los vuestros las mejores cenas y almuerzos, aunque más tarde alguno deba iniciar dieta para estar algo más liviano.

Como buen mediterráneo, Platon entiende que el VINO es un elemento imprescindible del banquete y de la fiesta. Beber con moderación, claro, nos dice, para nunca perder el control y la conciencia. ¡Otonenses, un poco de licor tal vez no esté de sobra en vuestras fiestas! Pero atención con los sobresaltos que puede ocasionar el exceso. Más aún si se conduce un coche.

Y el quinto elemento de una fiesta, nos continúa indicando el filósofo, es el fundamental. Se refiere a la compañía de otros, del GRUPO, que tiene un motivo que celebrar. Son los amigos y familiares, son los asociados o los miembros de una institución o corporación.

La comida, la bebida, la música, el baile tienen siempre una dimensión colectiva inseparable. Eso es lo que hace que exista fiesta. Existe dentro del grupo, pero no en el individuo aislado. Y el grupo se reúne o acuerda encontrarse para celebrar, para festejar, un motivo determinado. A veces es una boda, el nacimiento de un hijo, un éxito laboral, el triunfo de nuestro equipo de fútbol o baloncesto, el haber ganado un torneo de juegos populares. En otras ocasiones, como es hoy el caso, celebramos las fiestas patronales del pueblo.

El gran grupo que formáis los hijos de Otones vais a celebrar las fiestas, con todos esos elementos antes comentados y que conforman el ser y significado profundo de una FIESTA, pero sobre todo porque os une el afecto colectivo y la ilusión de compartir un proyecto sociocultural rural único.

Por ello estas fiestas son ocasión para vosotros para renovar compromisos, hacer balance al final de temporada, y para descansar y recargar nuevas energías que en los próximos meses os permitan atender vuestros trabajos y ser todo lo felices que podáis con los vuestros, amigos y familiares sobre todo.

Esto es lo que significaban, con pocas variantes, las fiestas originarias propias del ciclo de la vida campesina, desde hace siglos santificadas por la Iglesia con el patrón del pueblo, de San Benito Abad, al final de la temporada agrícola.

Por tanto, y finalizamos, queridos amigos de Otones, os deseo unas fiestas muy dichosas en estos próximos días, compartidas con familiares y amigos, y que sirvan de buena recarga para las tareas del próximo curso (escolar y productivo) que se acerca e inicia en el calendario de los primeros días de septiembre para muchos de nosotros.

¡Larga vida para Otones y sus proyectos!

¡Felices fiestas a todos, a los del pueblo, a visitantes y forasteros!

A disfrutar, y un abrazo para todos lleno de afecto. GRACIAS ¡VIVA OTONES!